ANTONIO MUÑOZ MOLINA, PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS 2013

Mi admirado Antonio Muñoz Molina ha recibido este año el premio de las letras Príncipe de Asturias.


Os dejo con la entrevista que le hicieron en Televisión Española tras la recogida del premio. En ella aparece un emotivo vídeo que le preparan a Muñoz Molina con uno de sus profesores del instituto. En la entrevista, el escritor jienense toca magistralmente el tema de la educación pública. Me parece una defensa incontestable de la misma. A mi me han emocionado mucho sus palabras y el gesto de su profesor. Espero que os guste también a vosotros, queridos lectores.


Y también os reproduzco el discurso íntegro que pronunció en la entrega del premio (el subrayado es mío). Como siempre, invita a una reflexión profunda y necesaria, igual que su último libro que os recomiendo a todos. Se titula “Todo lo que era sólido” y es un estupendo análisis y revisión crítica de los pilares de la democracia, de como sin darnos cuenta estamos perdiendo cosas que eran sólidas y absolutamente necesarias, de donde viene esa pérdida y el abismo al que nos conduce. Un libro imprescindible para reflexionar sobre el momento que estamos viviendo.


DISCURSO DEL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS

“Escribir empieza siendo casi siempre un sueño o un capricho o una vocación imaginaria. Pero el sueño, el deseo, el capricho, no llegan a cuajar en nada si no se convierte en un oficio. Un oficio, cualquier oficio, requiere una inclinación poderosa y un largo aprendizaje. Un oficio es una tarea que unas veces resulta agotadora o tediosa por la paciencia y el esfuerzo sostenido que exige, pero que también depara, cuando las cosas salen bien, momentos de plenitud, y permite entonces la recompensa de un descanso que es más placentero porque se siente bien ganado, al menos hasta cierto punto. Digo hasta cierto punto porque todo el que se dedica plenamente a un oficio sabe que siempre hay una distancia grande entre las mejores posibilidades de un proyecto y su realización, igual que hay descubrimientos con los que no se contaba. Un oficio es una tarea práctica: uno hace algo que le gusta y que a costa de aprendizaje y empeño ha logrado hacer con cierta garantía de solvencia, pero no lo hace para sí mismo, por mucho que esa tarea la haga a solas y que en el simple hecho de llevarla a cabo haya una satisfacción privada. El resultado que se obtiene de ella alcanza una existencia objetiva, independiente de quien la realizó, y pasa a integrarse beneficiosamente en las vidas de sus destinatarios: un instrumento musical o una partitura, una herramienta, una mesa, una historia, un cuaderno, un cuadro, un cuenco de barro, una fotografía, un hallazgo científico, un paso de danza, la cura de una enfermedad, un prodigio deportivo, un plato bien cocinado, una pirámide de alcachofas en el escaparate de una frutería.
Hay algunas singularidades en el oficio de escribir, como las hay en cualquier otro. La primera es que la necesidad humana que satisface es una de las más intangibles, aunque también una de las más universales: la de saber historias y la de contarlas, es decir, dar una forma inteligible al mundo mediante las palabras. Una historia, de ficción o no, propone un modelo universal de un cierto campo de la experiencia a partir de la observación de los datos particulares de la vida. Del mismo modo actúa el científico, elaborando modelos teóricos derivados de la observación y la experimentación, que sirvan, doblemente, para explicar y predecir. En las sociedades primitivas o antiguas el mito es el modelo de explicación y predicción de los comportamientos humanos. Nuestra variedad moderna del mito es la ficción, en todas sus variedades, desde las más banales, más toscas, más comerciales y efímeras, hasta las más hondas y exigentes, desde la telenovela y el videojuego a Don Quijote o Moby-Dick o a un cuento de mi querida Alice Munro.
Nos dedicamos, pues, a un oficio más antiguo y más útil de lo que parece. También a un oficio mucho más incierto. Porque en él, y esta es su segunda singularidad, la experiencia no ofrece ninguna garantía, y puede haber una divergencia escandalosa entre el mérito y el reconocimiento.
Quien escribe sabe que ha de dedicar a su oficio tantas horas y tantos años como un artesano al suyo, y que sin esa dedicación no logrará completar nada de valor. Pero también sabe que la entrega, por sí misma, no garantiza la calidad del resultado, porque la experiencia y la dedicación pueden conducirlo al amaneramiento anquilosado y a la parodia de sí mismo. Y también sabe que lo mejor unas veces es reconocido de inmediato y otras veces es ignorado, y que lo que parecía mejor a veces se desmorona al cabo de muy poco tiempo, y que una extraña justicia tardía alumbra mucho tiempo después, sin compensación posible, al talento verdadero que no brilló en vida.
El desaliento ante las incertidumbres del oficio se acentúa más en tiempos de incertidumbres tan amargas como estos. Es difícil hablar de la perseverancia y el gusto del trabajo en un país en el que tantos millones de personas carecen angustiosamente de él. Es casi frívolo divagar sobre la falta de correspondencia entre el mérito y el éxito en literatura en un mundo donde los que trabajan ven menguados sus salarios mientras los más pudientes aumentan obscenamente sus beneficios, en un país asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia, donde la rectitud y la tarea bien hecha tantas veces cuentan menos que la trampa o la conexión clientelar; un país donde las formas más contemporáneas de demagogia han reverdecido el antiguo desprecio por el trabajo intelectual y conocimiento.
Aun así, y dejando las responsabilidades de la ciudadanía en el lugar que les corresponde, el único remedio aceptable que conozco contra el desaliento del oficio es el oficio mismo. Escribir poniendo artesanalmente en cada palabra los cinco sentidos. Escribir sin concederse la menor indulgencia. Escribir aceptando y disfrutando la soledad y agradeciendo el entramado de otros oficios fundamentales que lo convierten en uno de los oficios menos solitarios y más colectivos del mundo, como es solitario y colectivo el del músico y el del científico; agradeciendo el oficio del editor, del corrector de pruebas, del traductor, del librero, del crítico, el de otros escritores de los que uno aprende admirándolos, el oficio del que enseña a leer y del que trasmite en un aula el amor por la literatura; agradeciendo el oficio más placentero de todos, que es el del lector. Escribir con el miedo a no tener lectores y con el miedo a perderlos, sobreponiéndose lo mismo a los elogios que a las heridas. Escribir porque a pesar de todas las negaciones y las imposibilidades la escritura, como cualquier oficio, es sobre todo un acto de afirmación. Escribir porque sí.
En 1981 se entregaron por primera vez estos premios y vuestra alteza presidió en ellos su primer acto público. Aún se vivía entonces bajo el trauma sombrío y reciente de una tentativa de golpe de estado. En su discurso de agradecimiento, el poeta José Hierro aludió con alegría y alivio, pero también con plena conciencia del peligro, al “aire de libertad que respiramos”. Ese aire, a pesar de todos los pesares, lo seguimos respirando 32 años después, que constituyen el período más largo de libertad que se ha conocido en la historia entera de nuestro país. Es importante recordar estas cosas ahora, cuando el porvenir parece en muchas cosas tan incierto como entonces. En este tiempo se ha hecho adulta la generación entera que nacía por entonces, que es la de mis hijos. Sus vidas son ya más difíciles de lo que imaginábamos hace sólo unos años, pero es importante recordar que también aquellos tiempos de 1981 nos parecían amenazadores cuando nosotros los vivíamos. Y sin embargo no hemos dejado de respirar el aire de libertad que celebraba José Hierro. Sin esa respiración no habría sido posible la generación literaria a la que yo pertenezco. Incluso nos hemos acostumbrado tanto a ella que corremos el peligro de no saber ya apreciarla. Es nuestra responsabilidad salvar lo que ganamos gracias a que muchas personas hicieron y hacen bien sus oficios, privados y públicos; y también reflexionar con urgencia sobre todos los errores, todas las inercias y descuidos que necesitamos corregir. En esa tarea los oficios de las palabras podrán ser más útiles que nunca.”

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS

Esta noche se estrena en Antena 3 a las 22:30 la serie de once capítulos “El tiempo entre costuras”, basada en la exitosa novela homónima (que ya tenemos disponible en nuestra biblioteca) de la escritora María Dueñas. Al parecer, la propia escritora ha participado activamente en la adaptación del guión de la serie, y por lo que he podido ver en la presentación, es bastante fiel al texto. También la ambientación y la fotografía parecen ajustarse escrupulosamente al mismo.
Recordamos (sin destripar) que la novela gira en torno a la historia de Sira Quiroga, una modista que por una historia de amor se traslada a Tetúan y a Tánger (en la serie Adriana Ugarte). La obra nos cuenta las transformaciones por las que ella pasa en esa nueva etapa, personajes que entran en su vida y la cambian por completo, espionaje, el mundo de la alta costura, un viaje por la España de la guerra civil y la posterior posguerra, el protectorado marroquí, Portugal, los entresijos de la Europa a punto de estallar en la II Guerra Mundial, una historia familiar sin resolver y una herida de amor que en medio de todo esto poco a poco va cicatrizando.
En la serie, además de Adriana Ugarte, participan Elvira Mínguez, Tristán Ulloa, Hannah New, Peter Vives, Carlos Santos y Francesc Garrido entre los principales personajes, además, la serie cuenta con otros importantes actores en papeles secundarios como Alba Flores, Mari Carmen Sánchez, Raúl Arévalo, Rubén Cortada, Elena Irureta, David V. Muro, Pepa Rus, Ben Temple, Jimmy Shaw y Carlos Olalla.


¡Por si os animáis a verla! Ya me contaréis qué tal. 


LA NOCHE EN BLANCO, LA LUNA EN VERSO

¡Hola a todos! 
Hoy os traigo una información muy especial. La noche del 19 de octubre tendremos la gran suerte de poder asistir en Granada a uno de los eventos culturales más importantes que organiza esta ciudad. Es la llamada “NOCHE EN BLANCO” que este año tiene un título que me encanta “LA LUNA EN VERSO” (título bajo el que se aglutinan los poemas cedidos para este evento por más de ciento ochenta poetas de diferentes nacionalidades). 
 Esta iniciativa comenzó en Berlín hace ya 15 años con la finalidad de ofrecer una amplia programación cultural nocturna en la ciudad. Más tarde la incorporaron ciudades como París o Madrid y ahora también se realiza en nuestra ciudad.
En esa noche abren museos, salas de exposiciones, bibliotecas, salas de música, pabellones de deporte, espacios al aire libre, etc con el único objetivo de hacer, disfrutar, participar…de la cultura de forma completamente gratuita y en horario nocturno, intentando romper moldes, estereotipos y barreras que normalmente se asocian a la cultura (empezando por su horario), siempre respetando los pilares fundamentales de esta noche en blanco “ Gratuidad, Vanguardia, Ciudadanía y Sostenibilidad”.
Es un momento estupendo para aglutinarnos todos sin distinción en torno a la cultura, y digo todos porque el programa que se ofrece es muy amplio y variado, hay CULTURA PARA TODOS LOS GUSTOS (poesía, música, deporte, teatro, artes plásticas, museos, itinerarios, actividades infantiles y comerciales, etc), así que no tenéis más que consultar su página web que os enlazo aquí y buscar qué evento cultural os interesa. 
También os dejo el enlace al blog donde viene toda la relación de actividades que podréis disfrutar en esta noche mágica.
No desaprovechéis esta magnífica oportunidad. En los tiempos que corren, es oro. 

II EDICIÓN DEL CONCURSO DE FOTOGRAFÍA "MOMENTOS DE LECTURA"

Se convoca el II concurso de fotografía de nuestra biblioteca cuyo tema es “MOMENTOS DE LECTURA”.

La fotografía ganadora será impresa en color y en gran tamaño y permanecerá expuesta en el tablón de la biblioteca durante todo el curso.

Además de este primer premio, se seleccionarán hasta 8 fotografías más que se imprimirán en blanco y negro y con las que configuraremos el calendario que se encuentra en los tablones de todas las clases para la organización mensual del curso.

Os animamos a todos a participar capturando esos momentos especiales de lectura y enviando vuestras fotos en formato JPG al correo gemalengualiteratura@hotmail.com antes del día 22 de octubre (máximo 2 fotografías por concursante. Acordaos de poner vuestro nombre y vuestro curso en el email).           ¡ESPERAMOS VUESTRAS IMÁGENES!
Aquí os dejamos con algunas fotografías para que os sirvan de inspiración.











ALICE MUNRO, PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2013

El Premio Nobel de Literatura 2013 ha recaído este año en Alice Munro, escritora canadiense especialista en relato breve. Tiene 82 años y es la primera mujer canadiense que obtiene este Premio Nobel y la décimotercera mujer que lo obtiene en la historia de este premio (la única mujer de habla hispana que lo ha obtenido hasta el momento ha sido Gabriela Mistral en el año 1945).
Es considerada por la crítica como “la Chejov canadiense” con relatos que ahondan en las relaciones humanas y en la vida cotidiana (uno de sus relatos ha sido llevado al cine por la directora Sarah Polley en su película titulada “Lejos de ella”).

Reseñamos su bibliografía:

- «Escapada» (RBA, 2005).

- «Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio» (RBA, 2007).
- «Secretos a voces» (RBA, 2008).
- «La vista desde Castle Rock» (RBA, 2008).
- «El progreso del amor» (RBA, 2009).
- «El amor de una mujer generosa» (RBA, 2009).
- «Las lunas de Júpiter» (De Bolsillo, 2010).
- «Amistad de juventud» (De Bolsillo, 2010).
- «Demasiada felicidad» (Lumen, 2010).
- «Las vidas de las mujeres» (Lumen, 2011).
- «Mi vida querida» (Lumen, 2013).


Os dejo con la entrevista que le hicieron a Elvira Lindo en el canal 24 horas de TVE en la que la creadora de “Manolito Gafotas” nos da su opinión sobre Alice Munro y su obra literaria. Como siempre, espero que la disfrutéis y que os animéis a leer a esta magnífica escritora y a darnos vuestra opinión sobre sus relatos. 

OTOÑAL MELANCOLÍA

Hoy os quiero dejar con un poema otoñal muy especial. Es de una gran amiga mía, excelente poeta y novelista, llamada Ioana Gruia, de sonrisa espléndida y vitalidad arrolladora que, como bien dice Luis García Montero en el prólogo a su novela La vendedora de tiempo, Ioana “Vino desde Rumanía para escribir en español con la fuerza de una lengua materna. La vida le ha enseñado las estrategias rebeldes de la imaginación”. 

Seguiremos hablando de Ioana en más ocasiones, ahora os dejo con su poema “El don maldito” (poema con el que se abre su libro titulado El sol en la fruta, premio de poesía Andalucía joven, en la editorial Renacimiento): el de la dificultad de expresar las emociones sencillas que a todos nos embriagan, sobre todo cuando la lluvia hace acto de presencia en el hermoso mes de octubre. Espero que lo disfrutéis.

EL DON MALDITO
 
Quise escribir el poema de las cosas sencillas,

pero nunca fue fácil hablar del sol de octubre
y el insidioso don de la melancolía.

Al despertar de pronto en el otoño,
castañas son las calles.
inquilinas desahuciadas,
las hojas anticipan el invierno.

Quise escribir el poema de las cosas sencillas,
captar el pausado abandono del viento,
la tensión hacia el blanco,
el fugaz amarillo…

En el cristal ahumado del asfalto
ensimismado crece el don maldito,
el insidioso don de la melancolía. 







300 AÑOS LIMPIANDO, FIJANDO Y DANDO ESPLENDOR

Me he encontrado con este simpático vídeo en el que la Academia de Publicidad felicita a la Real Academia de la Lengua por sus 300 años de historia (desde 1713). Es muy original y consigue arrancar una sonrisa a algo tan serio como la RAE. Lo siento, pero necesito compartirlo. No he podido resistirme. Espero que lo disfrutéis.