TIEMPO PARA TODO... TAMBIÉN PARA LEER Y DISFRUTAR

Podéis encontrar 25 obras de ficción y no ficción recomendadas por importantes críticos en El País. Pincha 
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OS DEJAMOS AQUÍ ALGUNAS SUGERENCIAS...


Secundaria
ESO
La apuesta de Pascal, Eliacer Cansino. Biblioteca media. Alianza Editorial. Novela de misterio (ambientada en París, narrada en primera persona por un joven guía turístico) de un autor que ya ha dado un par de buenas novelas para ESO (El misterio Velázquez y Yo, Robinsón Sánchez, habiendo naufragado)
- Efectos secundarios. Antología poética, voces jóvenes para jóvenes lectores.
- Poemamundi. JuanCarlos Martín Ramos. Un poemario sencillo de lo cotidiano como una metáfora universal.
Corazón Kikuyu. Stefanie Zweig. Edelvives
“La emoción de ser otro”.  G. Moure

Bachillerato, Ciclos Formativos, Escuela de Adultos...
La puerta en el muro, G.H. Wells. Un relato famoso de la literatura fantástica.. Breve pero inquietante. Entre el misterio y el sueño. Cuidada edición en El Acantilado.

Articuentos, Juan José Millás. Punto de lectura. Se trata de los textos breves de Millás en prensa, que gozan de la hibridez de artículo y cuento. La imaginación del escritor nos lleva a conocer la realidad, frecuentemente a través del absurdo. Muy lúcido e ingenioso, como siempre.

Veinticinco poetas españoles jóvenes. Antología. Hiperión. Una buena excusa para acercarnos a los versos más jóvenes, que no inexpertos. Lo mejor de veinteañeras y treintañeros premiados y con méritos, con ecos del “27” y mucho eclecticismo. Andrés Neuman o Miriam Reyes entre ellos. Con sus respectivas poéticas y notas biobibliográficas.
Un barco cargado de arroz, Alicia Giménez Bartlett. Planeta. Otro espécimen de la novela policíaca actual. Como en la anterior, no es lo más importante quién mató sino por qué la gente mata y a quién.

Autobiografía, Mark Twain. Madrid: Espasa-Calpe, 2004. Ya era hora de que apareciera en castellano la autobigrafía de uno de los grandes. Si pensabas que las mejores aventuras eran las de Huckleberry Finn, estabas equivocado, la vida de Mark Twain es superior, a las pruebas me remito.

Fantasmas del invierno, Luis Mateo Díez. Alfaguara.
Una novela, quizás la mejor de su autor, a la altura de La ruina del cielo, que retrata envuelta en la terca nieve y la miseria a Ordial en los años de postguerra. Literariamente es un hallazgo de contención y belleza. Invaden al lector sus duras escenas sin inocencia, apenas esbozos de momentos casi siempre oscuros y lastrados.
Y Pablo Neruda. Puede ser una ocasión para revisitar los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (Seix Barral) que alimentaron nuestra adolescencia o entrar en aguas más cenagosas como Residencia en la tierra en Plaza y Janés. O regalarse una Antología de las que sin duda saldrán.

...Y UNOS CUANTOS ESPECIALES:
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Uno para contagiar la afición:

Cómo hacer a tus hijos lectores, Lolo Rico. Alfaguara. Parece un libro de instrucciones pragmático y un recetario sin alma pero no, no lo es. La autora, gran lectora, crítica, inteligente, lo convierte en un manojo de sugerencias estupendas para familias y profesorado y personas en general. Cita muchas lecturas de mayores y pequeños y además es sencillo y breve.

Otro para pensar y actuar en este cochino mundo:

Cien preguntas sobre el nuevo desorden, Carlos Taibo. Punto de lectura. En forma de preguntas y respuestas, breves, certeras, el autor pasa revista al mundo en que vivimos. Aporta visión de conjunto, datos actualizados, exposición sencilla y comprensible, punto de vista comprometido.

Otro para repasar los clásicos:
Cien libros para un siglo, Equipo Peonza. Anaya. Un librote grande y atractivo en el que se reseñan las cien mejores obras de literatura infantil-juvenil de todo el siglo XX, a juicio de este Equipo tan experto en el tema.


Felices vacaciones, leídas y disfrutadas

Nuestra biblioteca y su mascota

¿OS HABÉIS FIJADO? 




REGALEMOS LIBROS...


El hábito de la lectura, en manos de los padres

Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por los niños como una imposición más de padres y profesores. 



El chaval puede crecer sin el hábito de dedicar parte de su tiempo a sumergirse en las letras y a enfrentarse con fascinantes aventuras en los mares del sur. Es precisamente en la primera década de la vida cuando las personas pueden adquirir este hábito; en esos diez años se tiene la oportunidad de asimilar para siempre el placer de leer como una necesidad consentida y deseada. Los pedagogos afirman que se aprende a disfrutar de la lectura y, por lo tanto, hay que ser conscientes de que se trata de algo que se puede enseñar. Para ello, es básico el núcleo familiar. Enseñar a leer es la asignatura que los padres deben transmitir a sus hijos, teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, apetencias e intereses. En definitiva, el reto es estimular la curiosidad por los libros.
¿Qué puedo hacer para que mis hijos lean?
  • No obligar a leer. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo de ocio, igual que ver la televisión o jugar. En edades muy tempranas serán el padre y la madre los que directamente ejerzan esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños quienes decidan cuánto, cuándo y dónde van a leer.
  • Accesibilidad de los libros. Aunque no se trata de juguetes, los libros deben ser accesibles, tanto los propios como los ajenos. Es necesario quitarles ese estatus de objeto importante que sólo adorna las librerías. Es más, se han de potenciar las bibliotecas propias desde que nacen, porque un libro, después de ser leído, traspasa el umbral de lo meramente material.
  • Visitar librerías. Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque la literatura a los hijos. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades familiariza al niño con este tipo de comercio y le añade atractivo. Además, si se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
  • Costumbre diaria. Leer todas las noches un cuento a los más pequeños se convertirá con el tiempo en un hábito de lectura diaria.
  • Resolver dudas. Se deben buscar juntos en el diccionario los términos que no se entiendan. Con ello se inculca la buena práctica de ampliar vocabulario.
  • No prohibir libros. Hay que prestar mucha atención en la edad crítica de la adolescencia, porque grandes lectores infantiles se pierden en esa etapa. En ese sentido, la libertad de elección será determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En vez de eso, es importante explicar por qué no se va a entender lo que se lee, y cuál es el motivo para que no merezca perder el tiempo. De esta forma, se logrará despertar su espíritu crítico.
  • Ser socio de una biblioteca. Una costumbre fácil y asequible es acompañar desde muy pequeños a los hijos a las bibliotecas. En nuestro país hay censadas 4.519 bibliotecas públicas, mejor o peor dotadas de bibliografía, pero cuyo acceso es muy sencillo. Posibilitan acceder a los libros sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero. Además, sirven para enseñar cómo escoger los títulos, e introducen a los pequeños lectores en el valor de la responsabilidad, ya que son ellos los que deben devolver el volumen prestado.
  • Adaptarse a los gustos. Todo es susceptible de convertirse en la excusa que acerque a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que les llamen la atención o una película que les haya entusiasmado son ocasiones inmejorables para suscitar la pasión por los libros.
  • Compartir la lectura. Cuando los niños crecen, se les puede ofrecer libros que estén leyendo los padres. Por ejemplo, siempre merece la pena releer a Pío Baroja en y sus aventuras de Zalacain, y después pasar un rato divertido comentando sus peripecias. La lectura será un atractivo tema de conversación entre padres e hijos.

A cada edad, su libro
La oferta de literatura infantil y juvenil es muy variada. Mantenerse al día es difícil y, en ocasiones, son los propios niños los que demandan títulos o colecciones concretas que se ponen de moda. Y es que, en España, según los últimos datos de la Federación de Editores, se pusieron a la venta 18.145 títulos de literatura en 1999, de los que más de la mitad correspondían títulos infantiles o juveniles.
  • En los dos primeros años de vida los libros serán un elemento más para descubrir, morder y tocar. Existen en el mercado ejemplares de tela y plástico, sonoros y sensoriales.
  • Entre los 2 y los 4 años, el libro comienza a ser diferenciado como tal. Triunfan los que enseñan de una manera distinta los elementos que están aprendiendo: la diferencia entre el frío y el calor, arriba y abajo, dentro y fuera... También son recomendables los que explican realidades grandilocuentes como el Sol, la Luna y los planetas.
  • Desde los 4 a los 7 años, el niño comienza a desarrollar su identidad individual. En esta etapa es fundamental la imaginación, pero con historias narradas dentro de la lógica a la que habrá que sumar un final feliz. Además, comienzan a familiarizarse con los valores a través de obras como Verdi de Janel Cano, en la que animales de la selva cuentan una historia solidaria contra el racismo. Por supuesto, triunfan las aventuras del personaje creado por Violeta Denou: Teo. El autor galés universalmente consagrado en la literatura de cuentos, Roald Dahl, ha escrito también obras aptas para estos años como sus Cuentos en verso para niños perversos, una versión muy original de la Cenicienta, Blancanieves y los siete enanitos, Caperucita Roja, etc.
  • Entre los 7 y los 9. La edad de los porqués comienza a los siete años y dura, al menos, hasta los nueve. En esa etapa todo es blanco o negro: los buenos son muy buenos, los malos muy malos, y todo desprende grandes dosis de imaginación. Gloria Fuertes escribió para ellos el Diccionario estrafalario. También Bernardo Atxaga escribió Shola y los jabalíes para que fuera leído por primera vez en esta época de la vida. Michael Ende (La sopera y el cazo y El secreto de Lena), Eduardo Galeano (La piedra arde), Maite Carranza (Prohibido llover los sábados), son autores que firman sus obras dedicándolas a esta edad. Y no nos podemos olvidar de El pequeño Nicolás de René Goscinny y Sempé, o las aventuras de Celia de Elena Fortún.
  • Entre los 9 y los 12 años es el momento de las aventuras, de la ciencia ficción, del amor sin melodrama. Así comienzan a introducirse en las novelas de misterio y aventuras con protagonistas chistosos, populares y valientes con los que se comparten la edad. También es un buen momento de enfrentarse a fantasmas y brujas, ya que es una fórmula para superar miedos. Se podría inaugurar esta etapa con La Isla del Tesoro de Roberto L. Stevenson, o el éxito desde hace una década Cuando Hitler robó el conejo rosa de Judith Kerr. Por supuesto, entra en escena el fenómeno creado por Elvira Lindo: Manolito Gafotas, en dura compentencia con Harry Potter, de la también escritora Joanne K. Rowling. Julio Verne (La vuelta al mundo en 80 días, 20.000 leguas de Viajes Submarino), Tolkien (El Hobbit, El señor de los anillos), Mark Twain (Las aventuras de Tom Sawyer), Quino (Mafalda), Richmall Crompton (Guillermo el Travieso) y L. M. Alcott (Mujercitas) son algunos ejemplos de la vasta literatura escrita para estas edades. Pero sobre todo, es la época de ver los chicos y las chicas sumergidos entre las páginas de Enid Blyton y sus intemporales Los Cinco, Los Siete Secretos o Las mellizas; igual que toda la saga de las Pesadillas de R.L. Stine, El Club del Misterio de Fiona Kelly o Alfred Hitchcock y los Tres investigadores de R. Arthur.
  • Por último, se llega a la etapa más difícil y determinante: la que abarca hasta la mayoría de edad. Se debe mantener el atractivo por la lectura, potenciar su entrega dependiendo del carácter de cada persona, pero los padres poco podrán hacer a partir de ahora en la elección de los libros. Se abandona la literatura propiamente infantil y pre-juvenil, y se enfrentan a la literatura en todos sus géneros. De todas formas, habrá una inclinación por parte del adolescente y el joven hacia un tipo de historias, y tal vez un desconocimiento de dónde encontrar lo que buscan, por lo que siempre serán bien recibidos los consejos.
Clásicos y autores consagrados

Escritores consagrados han tenido siempre una inclinación por añadir a su obra libros dirigidos a niños y jóvenes. Roald Dahl y Bernardo Atxaga son dos ejemplos de escritores fundamentalmente de obras infantiles y juveniles, aunque sus libros son leídos en todas las edades. Pero también autores tan serios como Graham Greene (Todo marcha sobre ruedas), Ana María Matute (Todos mis cuentos), Rosa Montero (Las barbaridades de Bárbara), Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Rafael Alberti (Mi primer libro de poemas), Lewis Carroll (Alicia en el País de las Maravillas), Kipling (El libro de la selva), Carmen Martín Gaite (Caperucita en Manhattan), Manuel Rivas (Bala perdida), Tolstoi (Cuentos para niños), Pedro Antonio de Alarcón (Historietas nacionales), Carlos Dickens (Las recetas del doctor Mari Gold), Emilia Pardo Bazán (Cuentos) o Becquer (Las leyendas) han completado sus colecciones con obras dirigidas a los más pequeños. No en vano, obras maestras de la Literatura Universal se corresponden al género infantil y juvenil. Es el ejemplo de La Isla del Tesoro (Stevenson), Tom Sawyer (Mark Twain), La historia interminable (Michael Ende), El Señor de los Anillos (Tolkien), Don Camilo (Guareschi), El Principito (Antoine de Saint-Exupéry), Adiós cordera (Leopoldo Alas Clarín), Las aventuras de Zalacain el Aventurero (Pio Baroja), Corazón (E. de Amicis), La abeja Maya (Bonsels), Peter Pan (Barrie), Emilio y los detectives (Kaestner) o La llamada de la selva (Jack London). Entre todos ellos conforman una sopa de letras de lo más apetecible.




Recordamos el DÍA DE LA BIBLIOTECA


Recordamos en cuatro imágenes el pasado "Día de la Biblioteca". Estamos preparando un vídeo, pero se han dado problemas técnicos que no nos han permitido ponerlo todavía aquí. Pronto lo veréis.