¡Hola a tod@s!
Como ya sabéis,
hoy ha sido un día maravilloso. Esta mañana hemos recibido el PREMIO A LA PROMOCIÓN DE
BIBLIOTECAS ESCOLARES que da la
Delegación de Educación de Granada y de entre más de 360 bibliotecas de la provincia nos han elegido a nosotros!!! La verdad es que es
un orgullo y nos llena de satisfacción recibir este premio junto al AMPA del
colegio de Alfacar y el plan lector del IES José de Mora de Baza.
Antes de nada
quiero agradecer a todas las personas que desde la Delegación han considerado
a nuestra biblioteca merecedora de este reconfortante premio, en especial a
Concha, la responsable de las bibliotecas escolares de la provincia, que me lo
confirmó personalmente y a la inspección educativa, que amablemente nos ha
acompañado hoy en la entrega del premio. Y digo reconfortante porque la labor que se
desempeña desde las bibliotecas escolares, más aún de los centros rurales como es el nuestro, es una labor
silenciosa pero tremendamente entusiasta y este premio supone un reconocimiento
y un impulso importantes para continuar con esta imprescindible tarea con más
ilusión aún, si cabe.
Por supuesto, mi
agradecimiento también a mi equipo de apoyo (al de ahora y a todas las personas
que durante estos tres años que yo llevo coordinando la biblioteca me han
ayudado a sacarla adelante), a mis compañeros de departamento, por estar ahí
siempre para todo, al resto de departamentos que se implican en las actividades
que propongo, a las familias que participan en los encuentros lectores de la
biblioteca de Güevéjar y en el resto de actividades y a la directiva del centro
por su colaboración incondicional. Sin vuestro apoyo nada de esto sería
posible.
Decía Heideger
que “La palabra es la casa del ser”, conseguir que el alumnado habite esa casa
y encuentre en ella un lugar confortable donde vivir y reconocerse es nuestra
misión particular. Como también decía el maestro de la “La lengua de las
mariposas”: “En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran
de frío”, y eso hemos hecho en nuestra biblioteca, construir un REFUGIO DE
SOÑADORES.Estos soñadores
son mis alumn@s, así que mi mayor agradecimiento hoy es para ellos. Ell@s son
el verdadero motor, la energía que hace que nos esforcemos cada día para
intentar acercarles la cultura y con ella mejorar su mundo.
Desde la
biblioteca de nuestro centro trabajamos incansablemente para que el alumnado
que vive y disfruta la lectura encuentre su sitio, tenga su hueco y se sienta
especial. Así que cualquier esfuerzo que se haga tiene su recompensa cuando se
abre la puerta de la biblioteca y ellos entran, y te piden libros,
recomendaciones, te sugieren un título nuevo que les gustaría leer, te comentan
que les ha fascinado el final, o que por el contrario, se han decepcionado. Ese
es, sin duda alguna, el mejor momento del día para una soñadora como yo que
sigue creyendo que EN LOS LIBROS ESTÁ TODO LO QUE NECESITAMOS PARA EMOCIONARNOS
Y PARA CRECER y, por pequeños momentos como esos merece la pena la entrega y la
lucha diaria, porque al final, esta profesión tan pasional y vocacional como es
la de ser maestra de humanidad tiene sus frutos.
Esos
frutos me han acompañado hoy, pero por problemas de tiempo, no han podido leer
todas sus hermosas palabras sobre qué significa para ellas la lectura y la
biblioteca de su centro. Finalmente
sólo Paqui (1º Bachillerato A) ha podido intervenir...
pero yo aquí
quiero reproducir sus discursos íntegros para que podáis disfrutar de ellos.
Gracias Marta, Gracias Irene, Gracias Paqui. Por el apoyo, por acompañarme en
los nervios esta mañana y por ser unas alumnas y unas personas MARAVILLOSAS.
Gracias también al resto de
alumnos/as que han venido a la
Delegación y a mis super reporteras de esta mañana, Alba (con
mi mini ipad) y Ana Cánovas con mi cámara (esta chica apunta maneras!!!), que
han hecho este precioso reportaje.
(foto con Ana tomada por Alba)
MIL GRACIAS A
TODOS POR ACOMPAÑARME HOY
a los que habéis venido, a los que no pero
estabais ahí, en mi memoria y en mi corazón, y por último, y en especial, a mi
marido, por apoyarme siempre en todo, por aguantar las horas de trabajo a
deshoras, pero sobre todo, por seguir creyendo en mi y en mis pasiones.
Os dejo con las
palabras de Marta, Irene y Paqui, que son la evidencia de que esta humilde
labor que se desempeña desde las bibliotecas escolares es, hoy más que nunca,
absolutamente necesaria.
MARTA: La lectura es un placer más con el que podemos disfrutar en
la vida. Sólo falta amarla, porque puede estar, y de hecho está, al alcance de
cualquiera que quiera enriquecerse de cultura y de pensamientos más
equilibrados. Con un libro, además de ampliar vocabulario, te puedes relajar y
entender hechos que ocurren en la vida con un enfoque distinto y especial.
A mí, la lectura me hace sentir bien, ya que va asociada con
momentos agradables en los que suelo estar tranquila y en paz conmigo misma.
Testigos de ello son las noches antes de irme a la cama, mi hamaca en los
calurosos veranos y mi sofá con mi mantita en los gélidos inviernos. Aunque, en
general, todos los días del año son un regalo para el enriquecimiento del alma.
Como ya se decía desde la época grecolatina: “Nulla dies sine línea”: “ni un día sin (leer) una línea”.
Las bibliotecas, son los hábitats de muchas vivencias y
pensamientos de autores que han dejado un legado precioso a la humanidad.
Como dice un proverbio hindú, “el libro que está abierto es un cerebro que habla, el cerrado, un
amigo que te espera, el olvidado un alma que perdona y los destruidos,
corazones que lloran”. Por fortuna, en nuestra biblioteca, no llora
ninguno, te están esperando con los brazos abiertos.
La biblioteca del I.E.S. Emilio Muñoz, es un lugar de
encuentro, en el que aún estando en silencio se mueve información impresa y
digital. Cabe destacar el ambiente acogedor y cordial que allí se respira,
porque a ello han dado lugar las docentes que la cuidan, porque le han puesto
alma y una enorme dedicación para que nuestra biblioteca sea lo que está
siendo. Así que sólo me queda agradecer su trabajo.
IRENE: Hace
unos días Gema me preguntó que qué significa la literatura para
mí. Para mi la literatura es como un puente, un puente entre tu
mundo y lo demás. Es un viaje por un sendero eterno y del que, por
mucho que lo intentes, ya no podrás salir una vez hayas empezado a
andar por él. La literatura es risa, es llanto y es placer.
Es
pasión.
Pasión
por comerte el libro, por saber qué va después. ¿O es que acaso no
habéis sentido ese gran vacío al acabarse las hojas? ¿O la emoción
de un beso tan esperado?
¡Porque
todos hemos sido detectives con lupas y sombreros! Y revolucionarios
franceses, ingleses victorianos, brujos, gafotas, egipcios, geishas,
o hobbits. ¿A quién no le gusta la sensación de poder ser una
superheroína o un príncipe? La sensación de desvanecerte, de
desaparecer de un mundo con tantos problemas, que a veces resulta
absurdo.
Aunque
hace unos años me topé con un contratiempo (crisis, la llaman) que
me hizo no poder gastar dinero en comprar libros. Todo parecía estar
en mi contra. La biblioteca más cercana estaba a media hora y no
tenía nada en sus estanterías. Y si no tenía dinero para un libro,
¡menos para un eBook! Por lo que me dejaba los ojos leyendo en el
ordenador.
La
solución la encontré en mi propio instituto (¡quién lo diría!).
Ya que, a Gema se le ocurrió remodelar la biblioteca, comprar libros
nuevos y darle el uso y la apariencia que se merecía. Gracias a esto
disfruto aún más de la literatura, tanto la que conocía, como la
que me han dado la oportunidad de conocer al llenar esas baldas. Y
esta oportunidad está abierta a todos los alumnos ahora para que
como yo, tengan ocasión de descubrir y viajar sin moverse del
asiento, y para que aprecien lo que otros han creado para nosotros.
Así
que gracias de todo corazón por ayudarnos y animarnos a seguir
creyendo en el arte de la literatura dándonos un lugar donde
encontrarla.
PAQUI: Cuando era pequeña
empecé a escuchar historias contadas por mi abuela. Eran cuentos que
todo el mundo conoce: Caperucita roja, La ratita presumida... Sin
embargo, cada vez que los contaba me parecían distintos. No podía
dormir sin escuchar las aventuras de personajes que se divertían,
tenían miedo o se enamoraban por primera vez. Supongo que ahí
empezó todo. Crecí y dejé de dormir acompañada. Tuve que buscar
algo que me diera a conocer más historias de las que ya sabía. Y
los vi a ellos. Nunca se cansaban, no se dormían, siempre estaban
dispuestos, no tenían quejas ni excusas. Estaban ahí para todo. Me
acompañaban a todos sitios. Y hoy sigue siendo así. Los libros son
mis mejores compañeros. En unos hay ogros, en otros gnomos, en unos
gitanos o judíos, en otros libreros, magos y elfos. Todos ellos me
cuentan algo diferente, pero tienen algo en común: me alegran los
días. Me hacen sentir especial. Única, conocedora de secretos jamás
revelados aunque compartidos. Supongo que ahí radica gran parte de
su encanto, en saber que no eres la única que está llorando con el
final del mismo libro o riéndote con las bromas de uno de los
personajes. En saber que otros también están disfrutando ese libro
lo mismo que tú.
Yo suelo decir que cuando
tengo un libro también tengo un billete de avión. Ese billete me
permite ir a los lugares que yo quiera (estén en este mundo o no) y
eso me hace sentir poderosa. Durante las horas que leo me olvido de
todo. A lo mejor me hablan sobre realidades peores o mejores que la
mía, pero lo hacen tan bien, que creo que estoy allí de verdad. Con
ellos río, lloro y sufro. Me producen ansia, ganas de seguir
leyendo. No me dejan soltarlos. El único problema es que para viajar
con ese billete necesitas un avión. Puede ser cualquier lugar en el
que te guste leer, pero creo que hay un avión por excelencia que
todos compartimos: la biblioteca. Hay millones y millones de
bibliotecas por el mundo, pero a mí me gusta la del I.E.S Emilio
Muñoz. Todo es luz en ella, pero sobre todo y lo que mejor siento
allí es el amor por los libros que se respira. Ese amor que hace que
se traten con cuidado y respeto. Amor que hace que en la biblioteca
los reyes sean ellos y las estanterías sus tronos. Amor que hace que
sólo sientas respeto al coger uno de ellos.
En ella hay libros que yo
misma y que otros compañeros hemos recomendado. Libros que a mí me
hicieron y todavía me hacen disfrutar, y me lleno de alegría al
saber que hay gente que los va a conocer gracias a quien donó el
dinero a la biblioteca y gracias a quien los compró para ella. Todo
esto se junta para crear una gran biblioteca que espero que pronto se
convierta en el avión no que vuele más alto, sino que en su
interior lleve a más pasajeros enamorados de la lectura, como yo.